Català Español English Français
Inici Mediateca

Un recorregut per la Gerona de Benito Pérez Galdós Recurs

Sant Cristòfol

«En pocos días alcanzamos a ver muchísimas bocas de fuego por arriba, por abajo, por la montaña y por el llano, contra la muralla de San Cristóbal y puerta de Francia»

Després dels violents atacs i assalts francesos al castell de Montjuïc i de la ferotge resistència que oposaren els defensors gironins, que ocasionaren nombrosos morts i ferits per tots dos bàndols, el governador de Girona, Mariano Álvarez de Castro, decidí rendir el castell i traslladar tota la guarnició a dins de la ciutat. Tant els atacants com els defensors no desaprofitaren el temps, i els primers canviaren la direcció dels seus canons per bombardejar els fortins de les Pedreres i la ciutat des del castell de Montjuïc per intentar debilitar la muralla per la part de l'actual passeig Arqueològic i del barri de Sant Pere.

Mentrestant, des de dins de la ciutat de Girona, tant els soldats com la població en armes iniciaren obres de fortificació i millora de les defenses, perquè eren dèbils i calia reforçar-les per així protegir-se i combatre els atacs francesos.

«Los franceses no esperaron al día siguiente para combatir la ciudad, que se les venía a la mano, una vez que tenían la gran fortaleza, y desde la misma noche empezaron a levantar baterías por todos lados. Tanta prisa se dieron que en pocos días alcanzamos a ver muchísimas bocas de fuego por arriba, por abajo, por la montaña y por el llano, contra la muralla de San Cristóbal y puerta de Francia. El gobernador, que harto conocía la flaqueza de aquellas murallas de mazapán, dispuso que se ejecutaran obras como las de Zaragoza, cortaduras por todos lados, parapetos, zanjas y espaldones de tierra en los puntos más débiles. […] Las mujeres y los ancianos trabajaron en esto, y yo me llevé a la plaza de San Pedro a mis tres chiquillos, que metían mucho ruido sin hacer nada. Por la noche regresaron a su casa, completamente perdidos de suciedad y con los vestidos hechos jirones. -Aquí te traigo estos tres caballeros -dije a Siseta- para que los repases. Ella se enojó, viéndoles tan derrotados, y quiso pegarles; pero yo la contuve diciendo: -Si han ido al trabajo, fue porque así lo ordenó el gobernador D. Mariano Álvarez de Castro. Son los tres muy buenos patriotas, y si no es por ellos, creo que no se hubiera acabado hoy la cortadura que cierra el paso de la calle de la Barca. ¿Ves? Esa arroba de fango que tiene Gasparó en la cabeza, es porque quiso meter también sus manos en harina, y subiendo al parapeto, rodó después hasta el fondo de la zanja, de donde le sacaron con una azada.»

(Capítol VI, pàg. 54-56)