La apuesta por el arte nuevo Itinerarios de la vanguardia en Cataluña a través del fondo Rafael y María Teresa Santos Torroella Exposición temporal

Las cuevas de Altamira, manifestación cumbre del arte prehistórico, se convertirán en una fuente de inspiración para la renovación del arte más inquieto. Bajo el signo del primitivismo y en sintonía con las corrientes expresionistas y abstractas internacionales, esta aspiración se concretará en una serie de encuentros de artistas, escritores e intelectuales realizados en Santillana del Mar en 1949 y 1950 que serán conocidos como la Escuela de Altamira.

Inicialmente promovidos por Mathias Goeritz, contarán con la participación de importantes críticos y artistas: Ángel Ferrant, Ricardo Gullón, Pablo Beltrán de Heredia, Eduardo Westerdahl, Luis Felipe Vivanco, Sebastià Gasch, Eudald Serra, Modest Cuixart, Josep Llorens Artigas, Pancho Cossío, Alberto Sartoris, Tony Stubbing, Willi Baumeister y Carla Prina, entre otros.

Alrededor de la Escuela de Altamira se generarán diversas actividades, exhibiciones y publicaciones, que marcarán un paso adelante en la difusión y consolidación de las nuevas tendencias abstractas en boga en los años 50. En este sentido, una de las consecuencias de los encuentros de Santillana será la organización del I Congreso Internacional de Arte Abstracto y de la Exposición internacional de arte abstracto en Santander en 1953.

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