Los años 30
Entre el final de los años 20 y la primera mitad de los 30 emergen en la escena artística barcelonesa diversos artistas cuya obra gira en torno al surrealismo, tendencia representada, más allá de las grandes figuras de Joan Miró y Salvador Dalí, por creadores formados o en activo en diferentes núcleos de la geografía catalana: Sitges (Jaume Sans, Artur Carbonell), Lleida (Leandre Cristòfol, Antoni Garcia Lamolla, Manuel Viola), Girona (Remedios Varo, Àngel Planells, Esteban Francés, Joan Massanet).
Muchos de estos artistas confluirán en la plataforma de dinamización cultural creada por la asociación ADLAN (Amics de l'Art Nou), fundada en 1932 por Joan Prats, Josep Lluís Sert, Carles Sindreu y Joaquim Gomis. Esta agrupación va a promover diversas actividades, como encuentros, publicaciones, conferencias y exposiciones. En algunos de estos eventos participarán figuras y grupos surrealistas del territorio español, como el núcleo canario de Gaceta de Arte o el escultor madrileño Ángel Ferrant, a la sazón profesor en La Llotja y maestro de Eudald Serra, Ramon Marinel·lo y Jaume Sans.
Además, algunas creadoras catalanas cercanas al realismo mágico, como Ángeles Santos, por entonces a caballo entre Valladolid y la capital, servirán de puente con la escena artística de vanguardia madrileña, estableciendo lazos con intelectuales vinculados a la generación del 27, la Residencia de Estudiantes, el ultraísmo o La gaceta literaria y con pintoras como Maruja Mallo o Norah Borges.