1922-1926
La trayectoria del joven Salvador Dalí pasa por un episodio clave en su formación, que es su estancia en Madrid durante la primera mitad de los años 20 en la Residencia de Estudiantes, centro cultural de referencia donde van a converger muchas de las figuras más inquietas de la intelectualidad española de la época. Allí el artista ampurdanés tendrá algunos encuentros fundamentales para el desarrollo de su carrera posterior: Rafael Barradas, Maruja Mallo, Luis Buñuel, Federico García Lorca.
Especialmente con estos dos últimos establecerá una relación de amistad y un diálogo creativo que dará sus frutos, en el caso de la colaboración con Buñuel, en dos piezas fundamentales del cine de vanguardia (Un chien andalou, de 1929, y L'âge d'or, de 1930) y, en el caso del tándem Dalí-Lorca, en un flujo constante de intercambio de influencias.
De este intercambio son testigo diversas obras y documentos de la época, como los denominados Putrefactos, una serie de caricaturas hecha a dos bandas con la que articularon una suerte de coloquio cifrado, además de los manifiestos y artículos publicados por ambos, los poemas de Lorca escritos en estos años y las obras de arte del periodo madrileño de Salvador Dalí.