La Barcelona del primer cuarto de siglo
En la escena artística de la Barcelona de las tres primeras décadas del siglo XX conviven la modernidad y el pasado, la vanguardia y el clasicismo.
Por un lado, está la herencia del arte nuevo que tiene sus raíces en la generación de pintores postmodernistas del entorno de la cervecería Els 4 Gats (1897-1903) y la revista Pèl & Ploma (1899-1903), donde se forman el joven Picasso, al lado de otros, como Isidre Nonell, Carles Casagemas o Ramon Pichot, y también el galerista Josep Dalmau. Una tradición de innovación que, tras la llegada de las vanguardias extranjeras, sumará nuevos episodios con la actividad de los poetas futuristas Josep Maria Junoy y Joan Salvat-Papasseit y las propuestas, entre el clasicismo y la modernidad, de pintores como Rafael Barradas, Joaquín Torres García, Joan Miró y Salvador Dalí.
Del otro, está la línea novecentista, que propulsada en los primeros años 10 por Eugeni d'Ors o Francesc Pujols y con el apoyo de Les Arts i els Artistes y de Santiago Segura en el Faianç Català y las galerías Laietanes, tendrá su continuidad en las nuevas generaciones que representan Els evolucionistes (1917), la Agrupació Courbet (1918), Nou Ambient (1919) o la Agrupació d'Artistes Catalans (1919). Una modernidad moderada que entroncará en los años 20 con el nuevo clasicismo de las tendencias internacionales del Retorno al Orden.