Los años de la gran guerra
Gracias a la neutralidad española durante la Primer Guerra Mundial, Barcelona se convertirá durante los años del conflicto en un importante núcleo de acogida de artistas de vanguardia europeos que, huyendo de la contienda, se instalan en la capital catalana y actúan de dinamizadores del ambiente cultural de la ciudad. Entre ellos, Albert Gleizes, Serge Charchoune, Helena Grünhof, Francis Picabia, Sonia y Robert Delaunay, Marie Laurencin, Mela Muter, Olga Sacharoff, Otho Lloyd y Arthur Cravan.
Esta situación excepcional será aprovechada por el marchante Josep Dalmau (1867-1937), el cual va a organizar en su galería (1911-1930) una serie de exhibiciones pioneras en España y en Europa de arte de vanguardia: la Exposició d'art cubista (1912), la Exposició d'Art Francès d'Avantguarda (1920), la Exposició d'Art Modern Nacional i Estranger (1929) y las muestras de Albert Gleizes (1916), Serge Charchoune (1917), Joaquín Torres García (1917), Joan Miró (1918), Rafael Barradas (1920), Francis Picabia (1922) y Salvador Dalí (1925), entre otros. Además, Dalmau va a dar cabida en su sala a las innovadoras revistas 391 (1917), del dadaísta Francis Picabia, y Troços (1917-18), del poeta Josep Maria Junoy.
Por los mismos años tendrán lugar en Barcelona otros acontecimientos significativos que van a situar la ciudad a la cabeza de la vanguardia europea, como la exhibición de los salones parisinos interrumpidos por la guerra o la llegada de los famosos ballets rusos de Diághilev, ambos en 1917, lo que motivará a su vez el retorno de Pablo Picasso a la capital catalana con motivo del estreno en el Liceo del ballet Parade, con vestuario y escenarios diseñados por el artista.