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Las cosas que fueron Exposición temporal

De hilo, de paño, de seda y de botones

Cristina Massanés Casaponsa

Tejer palabras, escribir hilos, urdir textos, coser verbos, trenzar vida

Los dedales y las agujas medievales de la comunidad judía de la ciudad trazan una línea invisible con las largas horas de trabajo en la fábrica Grober, la industria más importante de Girona durante décadas. En ella se fabricaban tejidos muy especializados de banda estrecha como cordones, cintas, gomas, betas o trenzas, así como botones. Llegó a ser un complejo industrial con 1500 personas que entraban y salían a diario, de las que el 90 % eran mujeres. Pero también había niños, niñas, jóvenes, hombres y familias enteras que apoyaron las huelgas de 1899, 1911 y las de los años veinte para mejorar unas condiciones deplorables: 10 horas de trabajo a 4 pesetas diarias los hombres, 2,75 los jóvenes de entre 16 y 18 años y sin salario fijo las mujeres. Las urdidoras, que eran mujeres, preparaban los hilos para el urdido del tejido: un entramado de hilos que se mantiene en tensión en un telar y donde se va insertando otro hilo, la trama, que los acaba cruzando o uniendo. Y es que, como bien recoge la mitología con figuras como las de Ariadna, Penélope, Aracne o las moiras o parcas, tejer ha sido una actividad ancestralmente asociada a las mujeres, que dan vida y cuidan de ella. Trenzar la vida, hilar nombres, urdir la trama del tiempo, coser generaciones.

Durante unas excavaciones en el call o judería, en una casa que había sido de la familia judía Desportal, se encontraron un dedal y unos alfileres. Muy probablemente fueron usados por las mujeres de la familia en las tareas domésticas de tejido y costura. Actualmente, se conservan en el Museo de Historia de los Judíos. En el año 2017, las máquinas y los recuerdos de la antigua fábrica Grober de Girona, cuya mano de obra estaba compuesta en su mayoría por mujeres, fueron cedidos a la ciudad y desde entonces se encuentran en el Museo de Historia. Entre ellos destaca este urdidor de cintería estrecho, uno de los poquísimos modelos que existen en el país.