Sílvia Planas Marcé
“La existencia humana es pura existencia condicionada, sería imposible sin cosas. ” (Hannah Arendt)
¿Qué cuentan, qué esconden, qué simbolizan los objetos del museo? ¿Cómo hablan del pasado de la ciudad? ¿De qué y de quién son símbolos? ¿Cómo dicen y cómo perciben Girona las diversas lenguas que habitan en ella?
Esta exposición narra, a través de destacados y curiosos objetos, las historias de la ciudad, su patrimonio y sus gentes. Desde un ángel sin cabeza hasta una serie de utensilios de cerámica del siglo XVIII, pasando por el relicario de san Narciso, el retrato de una «Bárbara», una mesa de inspección ginecológica de principios del siglo XX, los azulejos con el escudo de una dama medieval, un bombo para sortear los temas de examen, el urdidor de la fábrica Grober, el acordeón que acompañaba a los gigantes, una cámara fotográfica de los años 60, un abanico de seda pintada, una obra de arte conceptual o el retrato irreal de una gitana muerta.
Los objetos cuentan historias, preservan recuerdos y dialogan entre sí y con el pasado. Hablan de cosas y de gentes que el tiempo ha escondido y que la memoria ha arrinconado. Una relectura con múltiples perspectivas genera nuevos relatos que, desde los márgenes de la historia convencional, ponen de relieve algunas pequeñas grandes cuestiones que han ido construyendo Girona.
Todos estos elementos tienen valor patrimonial y todos sugieren historias. Algunas verídicas, otras solo imaginadas, todas verosímiles. Porque son fruto de las reflexiones de quien ha observado los objetos teniendo en cuenta los tiempos, los espacios y las vidas que los rodean.
La exposición propone un recorrido por las historias de la historia de Girona e invita a ejercer, tomando prestada la expresión de Carles Rahola, el sentimiento de noble curiosidad por las cosas que fueron.