El fuerte del Calvari, construido en 1675, formaba parte del complejo defensivo de Girona, con una serie de fuertes y reductos en los cerros que rodean la ciudad. Esta edificación, de dimensiones reducidas y con forma de estrella irregular, en la que se instalaron baterías de artillería para cubrir el barranco del Galligants y flanquear el reducto de Els Alemany, defendió Girona durante varios enfrentamientos bélicos: las tropas de Noailles en 1694, la Guerra de Sucesión y la Guerra de Independencia. Fue destruido por la artillería napoleónica el 19 de septiembre de 1808.